Gaza ante la historia

Enzo Traverso, historiador italiano especializado en totalitarismo y memoria antifascista, nos ofrece en este título, publicado por la editorial Akal, una visión crítica del conflicto israelopalestino a través de unas lentes ciertamente alejadas de las vías más radicales a las que Occidente ha decidido catalogar directamente de amigas del terrorismo. A través de su nueva obra, el autor logra desafiar las narrativas predominantes e incidir profundamente en la opinión pública con una perspectiva antiimperialista. Traverso sostiene que la guerra en Gaza empaña la memoria del Holocausto, utilizando este trauma histórico para justificar una «guerra genocida» contra el pueblo palestino. Una narrativa mediante la que el imperialismo occidental logra perpetuar la opresión y la violencia en Gaza bajo el pretexto de la defensa y la civilización.

El autor italiano denuncia que a menudo se describe a Israel como una «isla democrática» rodeada de barbarie, representada por la resistencia palestina. Esta dicotomía simplista, que tiene sus raíces en los genocidios coloniales del siglo XIX perpetrados por Occidente, ha sido utilizada por el sionismo y sus socios para intentar justificar la opresión y la violencia sobre la población palestina. La narrativa dominante presenta hoy a Israel como la víctima eterna, mientras ignora las décadas de ocupación, opresión y limpieza étnica sufrida por los palestinos. En esta psicosis narrativa, el derecho de los palestinos a resistir se convierte en una cuestión olvidada. Mientras el mundo enfatiza el derecho de Israel a defenderse, rara vez se menciona el derecho de los palestinos a resistir una ocupación brutal y prolongada. Por ello, el autor italiano insiste en que reconocer este derecho es fundamental para una comprensión justa y equilibrada del conflicto.

Desde su perspectiva como historiador, Traverso ha escrito sobre la violencia nazi, el fin de la modernidad judía, la melancolía de izquierdas y la revolución. En definitiva, sabe de lo que habla cuando dice que lo que está pasando confirma sus peores análisis. Los judíos, después de ser un semillero de pensamiento crítico, ahora están del lado de la dominación. «Es una inversión paradójica,» murmura, como si estuviera hablando de un truco de cartas que salió mal.

El uso del término «genocidio» para describir la situación en Gaza es una verdad incómoda que la narrativa oficial intenta suprimir. El autor italiano argumenta que permitir una guerra genocida en nombre de la lucha contra el antisemitismo no solo es moralmente indefendible, sino que también socava nuestras propias orientaciones morales. La instrumentalización de la memoria del Holocausto para justificar las acciones de Israel en Gaza empaña dicha memoria y puede tener consecuencias devastadoras para la percepción global de este trágico evento histórico.

«Con Israel, el pueblo supuestamente elegido se convirtió en la fuente del Estado más etnocéntrico y territorial imaginable», asegura Traverso. Suena a un guion de cine negro, con la ironía impregnando cada línea. La guerra en Gaza no es más que el último capítulo de esta narrativa distorsionada, donde el nacionalismo racista gobierna Israel.

Las reacciones en Estados Unidos y Europa no son mejores. En Estados Unidos, la situación recuerda más a la guerra de Vietnam que al Holocausto, con portaaviones desplegados y un apoyo ciego a Israel. En Francia, las manifestaciones contra la guerra han sido prohibidas, y Macron parece más un actor perdido en un mal guion que un líder con una postura digna. Occidente parece apoyar al genocida sionista como una forma desesperada de intentar agarrarse a su propio dominio colonial.

Traverso advierte que una nueva Nakba comprometería la legitimidad de Israel. Ni el apoyo militar estadounidense ni la cobertura mediática occidental podrían redimir a un Estado que perpetra una catástrofe humanitaria. Esta posibilidad subraya la urgencia de reevaluar nuestras percepciones y políticas hacia el conflicto. La guerra en Gaza no es solo una tragedia humanitaria, sino una manifestación de la política imperialista en su forma más cruda, donde las vidas palestinas se sacrifican en el altar de intereses geopolíticos y hegemonía regional.

La colonización de Israel no se asemeja a la de los británicos en la India o los franceses en Argelia, aquí el objetivo es la erradicación total del nativo, la eliminación física de toda la población palestina. Nadie cree ya en la solución de los dos Estados, «No hay alternativa a la coexistencia de judíos y árabes en Palestina sobre una base igualitaria». Mientras tanto, el racismo se ha convertido en parte del orden natural de las cosas, tanto en Israel como en Occidente.

Este libro nos invita a reconsiderar sus perspectivas sobre la situación en Palestina. Al cuestionar las narrativas unilaterales y abogar por un análisis histórico crítico, Traverso busca una interpretación más justa y equilibrada del conflicto. Reconocer el derecho de los palestinos a resistir y abordar el conflicto sin caer en la narrativa sionista, son pasos esenciales para avanzar hacia una solución justa y duradera. No hace falta coincidir plenamente con los planteamientos del autor, ni quedarse en su alejado apoyo a las tácticas de la resistencia palestina, para comprobar que incluso autores moderados y alejados del apoyo firme y decidido a la resistencia armada palestina, son conscientes de que la única salida posible a este conflicto es el enfrentamiento directo contra la barbarie sionista.

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